martes, 28 de febrero de 2017

600 años sin descanso. El Papa Luna


No es la primera vez que he escrito sobre Pedro Martínez de Luna, Benedicto XIII, el Papa Luna, y, quizá, tampoco sea la última. Este verano se estrenó en Zaragoza un documental sobre el robo de su cráneo en el año 2000, la investigación para su recuperación y los posteriores estudios para verificar que, efectivamente, se trata del cráneo del Papa aragonés. Era un documental que quería haber visto en su tiempo, pero me fue imposible. Lo emitieron en televisión a finales de diciembre (en aquella ocasión no me enteré) y buscando acerca del mismo, por fin, lo he encontrado y visto.
Pedro Martínez de Luna, el único Antipapa español de la historia, Benedicto XIII, el Papa del Cisma de Aviñón; un hombre poderoso y culto que formó parte de los momentos más turbulentos de la historia de la Iglesia. Un personaje cuya historia, más que olvidada, está mal contada, porque todo lo que ha llegado sobre este Papa o ‘antipapa’ es ‘malo’. Fue un hombre bien formado, un adelantado a su tiempo.
Con este robo parece que se cumplió la profecía de San Vicente Ferrer acerca de Luna:

Para castigo de su orgullo, algún día jugarán los niños con su cabeza, a guisa de pelota

S
eis siglos después, ¿podrá, por fin, descansar en paz?


https://www.dailymotion.com/video/x56zos2

Pinchar sobre la imagen para ir al vídeo.

sábado, 25 de febrero de 2017

Yo quiero ser... niño



Cuando era pequeño era inevitable la pregunta de los adultos: “¿qué quieres ser de mayor?” Nunca tenía una respuesta definida, salvo un rápido encogimiento de hombros; ante la insistencia en la interrogación respondía lo primero que se me ocurría, incluso a la misma pregunta de la misma persona en espacios de tiempo muy separados podía decir profesiones que nada tenían que ver entre ellas.
Ahora me resulta extraño haber dicho médico… ¡Yo médico! ¡Cuando soy el más aprensivo del planeta!
Otra que dije, y que no me hubiera importado, es abogado. Dada mi facilidad para ‘meterme en líos’ reconozco que hubiera sido algo muy práctico… y si le añadimos mi adoración por el Quijote ya sería la mezcla perfecta.
Entre medias también dije, alguna vez, pintor de cuadros.
Después, cuando llegué a 7º de EGB y en clase de historia nos explicaron la España de los Reyes Católicos, el imperio español, Carlos I, Felipe II… fue como ver por primera vez al primer amor de tu vida. Ahí me enamoré de la historia y decidí que quería ser historiador… pero, claro, ¿qué practicidad tenía eso? Difícil vivir de la historia. Sería el amor platónico que me acompañaría toda la vida.
Por cierto, también tuve una época en la que quería ser cartero. Viviría en mi pueblo, trabajaría medio día y no tendría que estudiar mucho, porque conocía todas las calles, ¿qué podía haber más sencillo?
Y así (rodando, rodando), como sentía cierta atracción por la física, pero no la suficiente como para dedicarme a ella en cuerpo y alma, y me encantaba dibujar, pero tampoco lo suficiente como para estar todo el día con el lápiz en la mano, me decanté por algo que aunara ambas disciplinas: la arquitectura; algo que jamás se me había ocurrido.
Hubo una respuesta que nunca dije y que seguro que ahora sería la más acertada. Si ahora me preguntasen “¿qué quieres ser de mayor?” tengo claro lo que respondería: cuando sea mayor quiero volver a ser un niño.


PD. Sí, soy yo, con dos años y tres meses.

martes, 21 de febrero de 2017

La construcción de un columpio



Las cosas son más sencillas de lo que parece… o más complicadas de lo que se cree... según se mire.

sábado, 18 de febrero de 2017

Lurte


Lurte es un grupo aragonés de folk metal. En su música utilizan instrumentos tradicionales de Aragón que, unido a un violín, hacen que sea una banda referente en este tipo de música en el panorama musical español.
Otro rasgo a destacar es su vestimenta, propia de los almogávares, ejército de mercenarios al servicio del Rey de Aragón y que fueron fundamentales entre los siglos XI y XIV. Estos guerreros mezclaban su fuerza con las tradiciones celtíberas.
La primera vez que los escuché fue en Las bodas de Isabel de 2015, cuando cantaron ‘La luz del alba’ en la representación del funeral de Diego. Son unos habituales en estas fiestas turolenses, participando en conciertos y en distintos actos de la leyenda.
Este año han publicado, en homenaje al octavo centenario de la leyenda de los amantes, un tema que no tiene desperdicio, ‘Para siempre’.



Por cierto, no hay nada como estar allí y verlo en directo… pero el que no pueda y quiera puede ver la representación de los amantes en directo pinchando en este enlace (yo seguro que lo veré).

martes, 14 de febrero de 2017

Teruel, 800 años después...



Hay una leyenda que dice que Teruel nació sobre el monte en el que se divisó a un toro que buscaba alcanzar la primera estrella del anochecer. Todo esto sucedió en el siglo XIII, cuando aún el linaje y la nobleza determinaban el destino de los turolenses. Caprichoso y hostil destino, a menudo.
Y ahí, bajo los inviernos fríos de la villa del toro y el repicar de las campanas de la Iglesia de San Pedro, se esconde una verdadera historia de amor, la de los amantes de Teruel, Isabel de Segura y Juan (aunque por culpa de Lope de Vega es más conocido como Diego) Martínez de Marcilla, dos adolescentes enamorados pero condenados al desamor. Cinco años de espera, un beso rechazado, una muerte de tristeza y otra de culpa.
Y de eso ya hace 800 años… Y allí están, para toda la eternidad, pero sin llegar a tocarse… un amor imposible… o quizá no tanto, porque 8 siglos después siguen juntos.
Siempre he pensado que el mausoleo en el que descansan Diego e Isabel es el mejor escenario para declarar mi amor … no hay mejor escenario… no hay espacio más puro... símbolo de amor imperecedero.



sábado, 11 de febrero de 2017

Ibiza


Hay lugares que están tan estigmatizados que no ofrecen alternativa a conocer nada más. Uno de esos lugares es la isla de Ibiza. La primera imagen que a uno se le puede venir a la cabeza al pronunciar esas cinco sílabas es un sitio de exageración y desfase, la segunda unas playas con yates y millonarios. En cierto modo es un universo al alcance de muy pocos.
Hace pocas fechas tuve la ocasión de estar por primera vez en esa isla, concretamente en Nochevieja. Una amiga argentina, propietaria de una inmobiliaria, que reside en la isla desde hace casi veinte años, me invitó a recibir allí el nuevo año. Tengo que reconocer que la mezcla era de lo más variopinta: un lugar que simboliza todo tipo de excesos; una atractiva argentina rubia, con un acento hipnótico que no ha perdido a pesar de casi dos décadas en España, y yo, una persona amante de la soledad y de los lugares tranquilos. Como diría un creyente, ‘los caminos del Señor son inescrutables’ y es que, con todos esos ingredientes, cualquier esquema previamente desarrollado podría ser erróneo.
De Ibiza solamente sé lo que puede saber cualquiera que no la haya visitado y sí visto por televisión. En base a ese prejuicio podría afirmar que hay dos Ibiza: la de verano y la de invierno. La primera bulliciosa y caótica y la segunda tranquila y aletargada.
Lo que es la propia ciudad, perfectamente podría pasar por un tranquilo pueblo de pescadores si no fuera por una decoración excesivamente ‘barroca’, muy recargada, casi de forma artificial, que no deja lugar a dudas de que estamos en un sitio que no es más que una impostura aguardando la llegada de turistas que invadan sus calles. Por ello, tengo la sensación de que los nativos, aunque en los meses carentes de visitantes tengan una vida tranquila, no tienen vida propia, su vida no les pertenece, sino que están sometidos al capricho del calendario. Ibiza es negocio y eso es así.


La arquitectura de sus calles y fachadas no me resultaron creíbles, al menos no lo hicieron en el binomio que pretenden recrear de aunar lo autóctono con lo moderno, algo que, en ocasiones, puede resultar peligroso. En Ibiza cualquiera puede ir vestido como le dé la gana y pasar desapercibido; eso mismo se transmite a los edificios en los que se puede ver una vivienda del casco antiguo con cierta pulcritud en su restauración y que de su balcón cuelgue una bandera gay… ¿alguien se imagina la bandera gay colgada de la Giralda? No todo vale.


El castillo me pareció bien restaurado. Lo que podía ser una fortaleza del siglo XV, XVI que se ha sabido mantener. Aunque, sinceramente, me parece un gran contraste en lo que se refiere a la arquitectura del propio castillo con la ciudad; son dos elementos inadaptados que no crean una sinergia agradable, por separado sí, pero unidos no acabo de verlos.


Pero Ibiza tiene más cosas que descubrir. Me estoy refiriendo a sus playas… ¿descubrir las playas de Ibiza? Sí, descubrirlas fuera de esa imagen que se exporta. Hasta a mí me parecieron hermosas. No me gusta la playa y, por ese motivo, no conozco demasiadas… pero reconozco que son las más maravillosas que he visto en mi vida. Si tuviera que elegir una isla en medio del océano para olvidarme del mundo me gustaría que tuviera las playas ibicencas.


He conocido la Ibiza que poca gente conoce y, en general, me ha gustado. No creo que sea un lugar en el que viviese… el ‘ico’ corre por mis venas y, al igual que Ulises tardó diez años en llegar a Ítaca, yo también llegaré a mi destino, cuestión de tiempo. Cuando vuelva (si lo hago) desconozco que sensación podría tener si lo hiciera en pleno ajetreo veraniego, probablemente no me gustaría. Creo que Ibiza es para vivir una parte del año y el resto huir de ella, pero, sobre todo, es una isla que hay que descubrir para ver cosas que están pero que nadie enseña.

PD. ¿Alguien imagina cómo serían estas mismas fotografías tomadas en verano?

sábado, 4 de febrero de 2017

Yo no tengo dudas



Lo tengo claro: Pablo Iglesias. Últimamente es inevitable, en cualquier conversación política que tenga, que me pregunten mi opinión sobre el ‘enfrentamiento’ entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Esa es una pregunta que, en cierto modo, me incomoda; pero no porque no sepa que contestar, si no porque no acabo de entenderla, ¿qué se supone que tengo que pensar? Lo que más curioso me parece es que aquellos que preguntan lo tienen claro: Íñigo Errejón.
Para ser sincero diré que no tengo ni la más remota idea de lo que ocurre, sólo sé lo poco que escucho en televisión y, de la misma forma, tampoco me importa. Quizá sea un síntoma de que en mí ha cambiado la forma de ver las cosas y, por ese motivo, no hago tanto caso a ciertas situaciones. ¿Despreocupado? No lo sé, pero quizá he perdido la impulsividad que tenía hace algunos años, cuando no me importaba recorrer con mi coche 600 km (Zaragoza - Madrid, ida y vuelta) para ir a una reunión de Izquierda Republicana que duraba 30 minutos, asistir el 6 de diciembre a una manifestación republicana o recoger firmas contra la monarquía (otra persona y yo) un domingo en la Puerta del Sol. Sí, ahora echo la vista atrás y, la verdad, no sé si sería capaz de volver a hacerlo; la pasión y el ímpetu de aquellos tiempos han quedado en aquellas acciones.
Es por esa consecuencia que no puedo dar una opinión documentada sobre lo que ocurre en Podemos. Ahora bien, como he dicho al principio, no tengo dudas: Pablo Iglesias. La gente que lo critica usa argumentos como que es soberbio y radical o que Errejón es más dialogante, más templado, menos radical… Bien, vale, perfecto, cada uno puede pensar lo que quiera. Yo sólo tengo un motivo y que para mí es suficiente para apoyar a Pablo: ilusión.
Entiendo y respeto que la gente esté contenta con la deriva que ha llevado el país en las últimas décadas. Que haya gente que piense que nada tiene que cambiar porque la situación a la que nos han llevado el PP y el PSOE es idílica y, cómo no, también están los chaqueteros y tibios instalados en las buenas formas y el entendimiento con los anteriores… Pero yo no lo comparto y quiero que las cosas cambien. Para mí el desastre de este país viene causado por una clase política corrupta e ineficaz que han convertido a España en la vergüenza de la Europa occidental. A grandes males hay que tomar grandes remedios. Cuando una parte del cuerpo está gangrenada no vale con poner mercromina y tiritas, no, hay que amputar. Y esa es la opinión que yo tengo de la situación del país, está con gangrena y hay que amputar (entiéndase la metáfora). Es aquí donde entra en papel Pablo Iglesias, un político que dice las cosas como son, sin medias tintas… ¿o acaso alguien tiene la desfachatez de decir que es falso que Felipe González tenga ‘manchadas las manos de cal viva’? Otra cosa es que vivamos instaurados en lo jodidamente políticamente correcto; pero al pan, pan y al vino, vino. Y el único que se ha atrevido a decirlo ha sido Pablo Iglesias.
Por cosas como estas es por las que yo apoyo al líder de Podemos. Lo que ocurre con Errejón no lo sé y, probablemente, no sea una simple discrepancia que los medios venden como un gran cisma. Lo desconozco.
Por otra parte, hay cosas que no me sorprenden. Rafael de Riego fue ajusticiado por luchar contra el absolutismo de Fernando VII e implantar en la España del siglo XIX un periodo conocido como el trienio liberal, el periodo de mayor libertad hasta la llegada de la II República. Galán y García Hernández, mártires republicanos, fueron fusilados por su levantamiento contra el reinado corrupto y desastroso de Alfonso XIII. Ahora cualquier motivo es suficiente y todo vale contra el que ha devuelto la ilusión a millones de personas de este país. Y, repito, entiendo que la gente no quiera cambiar porque vive muy bien y su realidad sea magnífica; yo no opino así. Pero vistos los antecedentes de este país, por naturaleza cainita con los que quieren dar esperanza, voz e ilusión, empiezo a creer que tampoco somos merecedores de algunos personajes que en suerte nos han tocado. Si algún día tengo que rectificar lo haré, no se me caerán los anillos por hacerlo y al hablar de política es muy fácil empeñar la palabra y muy caras sus consecuencias, pero, hoy por hoy, lo tengo claro. Sin ningún tipo de dudas: Pablo Iglesias.


Quien es capaz de decir lo que he escuchado en este vídeo no puede más que tener mi admiración, respeto y, si me apuran, hasta mi lealtad.